viernes, 4 de mayo de 2012

Fede. En vísperas de pasar de fase

  El insomnio, o quizás no el insomnio, sino algo que tenga que ver con esa porción de masa encefálica que preserva un secreto, un comportamiento reprobable, violento, inestable, que emerge según qué circunstancias en que le abruma una sobrepresión externa, ha determinado al facultativo, al psiquiatra, recetarle Rivotril. Lo ha aceptado sin protestar, lo que no es habitual, ya que se suele ser refractario a este tipo de medicación, que denota un estigma indeseable. Ha sido en vísperas de pasar de fase.
  En días atrás deja un roce con Omar por su pesantez verborréica y una mirada iracunda a Manuel porque se le cayó un recipiente con un preparado para freír tortillas de camarones y le salpicó y ensució los bajos del vaquero gris oscuro. En la calle, enjuició Omar, de ojos claros y grandes que denotan cierta voracidad en la recepción de estímulos externos, hubiera supuesto una pelea. Qué culpa tiene Manuel, el cincuentón, el del síndrome de Korsakoff, al que se le rompió el asa accidentalmente.
  Disfrutó de un partido en el estadio Ramón de Carranza: ¡Vajad al arco, so penco!, gritó en un momento determinado del encuentro, en que el portero del Lucena se alejaba del fondo sur para evitar la rociada de improperios. Vuelve a ser el fútbol un lugar de descarga, como si dejaran emerger los demonios internos, quitar momentáneamente la espita que los explota, y bum, allí delante el portero, el jugador contrario, el árbitro... los filtran como fieros rayos inocuos que les traspasan, en su caso, con marcado acento ché.
  Arrebujado en la trenca colorada disfrutó al día siguiente, domingo, de la barbacoa en el club náutico Puente de Hierro, de cuya fritura de carne fue el artífice, ahumando los humos el aire de la marisma de la Carraca. La visita a Xabi, el catalán, a la residencia del padre Juan Carlos, con quien peregrinó por la bohemia y la noche nítida barcelonesa, la marcó el sentimiento de notar a su amigo repuesto y anímicamente fuerte, como si la amputación de la pierna izquierda, por debajo de la rodilla, hubiera tenido un efecto revitalizador.
  Con la madre contactó, y con el portátil en excursión ambulatoria le mostró el Centro y a los compañeros, la imagen desfasándose de la voz, rehaciéndose a trompicones, los planes de una visita pospuestos para dentro de un año debido a las ligaduras laborales y al compromiso del casorio del otro hijo con una brasileña. A esta boda no acudirá Fede, algo enturbió la relación, si no es que se produjo una ruptura, sin duda derivada de los negocios, de la empresa que Fede se apropió sobre alpinismo urbano por las fachadas de los edificios para pintarlas y que pertenecía al hermano; no quiso añadirlo como amigo en su página de Facebook. Aquí las fotos de su viaje a Italia, a Egipto, de su estancia en Israel con la novia con la que dejó de chatear y que quitó las fotos donde aparecía en el puerto Jaffa, el más antiguo del mundo, del medio oriente; le facilitó para ello la clave de acceso al muro; confía en que no le haga más cambios, ningún desarreglo.
  La madre es una salvaguarda económica, le canceló ya algunos créditos, y le prestará como le pida para emprender un negocio en cuanto acabe su proceso dentro de un año, calcula. Es abogada municipal. Empezó estudiando psicología, lo dejó, y ahora desempeña aquella profesión, mucho mejor remunerada, sin duda. En Neoquén vive en una zona residencial, casa con piscina y perros; son amantes de los perros.
  El manteo es alegre y bullicioso, cuan largo es cortazariano de uno ochenta y nueve, sube por los aires impulsado por llamaradas de brazos entusiastas. En el pen lleva la colección de fotos de aquellos momentos entrañables que no querrá olvidar. Yo aparezco en una con él, en el estadio de fútbol, enarbolando una bufanda de las brigadas amarillas. La ha colocado en el salón, junto a otras del grupo.

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