Miguel está detenido.
En el calabozo, por resistencia a la autoridad. Le cachearon en la calle.
Habla, no habla, mantiene la reserva.
El compañero está nervioso, no en sus cabales, toca disimulo. Desafía, tras las rejas, a
voz en grito, a los policías:
- ¡Venga si tenéis cojones, si sois hombres, si… Me cago en vuestra puta madre… Que me follé a vuestra hermana!
¿Qué número de cupón habrá salido esta noche?
Porque la madre de Miguel vive de eso desde hace años; así ha mantenido a 5 hijos.
- ¡No tenéis güevos, hijos de puta!
No hay manera de saberlo. En el calabozo no hay televisor; no hay nada: estrechez y
mal olor. Y este energúmeno, enzarzado con los polis.
- A vuestra puta madre me la he follao yo por el culo…
Nada. No hay manera de saber si se ha hecho rico esta noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario