lunes, 9 de abril de 2012

Dione y su bicicleta


Una bicicleta para el negro Dione Modou.
Regalos cruzados, incompletos, la rueda de atrás
pinchada.
Traigo repuestos.
Después que el funcionarial relevo los haya
mandado a la cama, baja (estamos compinchados)
y sustituimos la cámara.
Luego vemos el resumen del fútbol,
en Gol a Gol,
de Canal Sur 2.

¿Y si le encontrara un representante futbolero?
Trayectoria: Senegal, Sevilla, Puerto Real...
En todos los equipos dejó impronta de su calidad.
De chico jugó en los juveniles de su país, a pesar de la
oposición del padre.
En Sevilla superó la prueba de cruzar el campo
sin botar en el suelo el balón, haciendo filigranas
(solo la superaron cuatro, de cientos que participaron).
Pero le faltó tener los papeles en regla.
En Puerto Real se hizo un esguince al rematar un corner
nada más salir al final del partido. Al menos, metió gol.
En San Fernando hay un compatriota suyo jugando, y es
peor que él. Y gana dinero.
Muchas de las oportunidades que falla Villa, las
hubiera metido él. Su seguridad
es aplastante.
El físico encomiable: jugando en la playa o en los fosos de
Puerta Tierra, los demás jadean, mientras él respira tranquilamente.
A Alejandro, el transeúnte cordobés que le acompañó al hospital
cuando cayó enfermo de sopetón y pasó en la UVI unas horas y en planta unos días, le apostó los tenis a que le colaba cinco penaltis en una portería chica. Ganó la apuesta.
Hace quinielas todas las semanas, un euro dos columnas. Sigue
por la tele hasta los partidos regionales, se conoce jugadores, entrenadores, árbitros. Apunta alternativas a jugadas de gol,
no como los legos, sino con su prurito de experto.
Después de todo, su puesto es delantero centro. El que
mete los goles, vamos.
Bajó una mañana en calzonas, Juan Martínez le asestó con su voz cascada y ronca:
Estriptis aquí, no, ¿eh?
Los músculos de las piernas se notaban prodigiosos. El negror de
la piel, exagerada, lo que ya percibí en la sala de la tele, por la noche, verdaderamente su mimesis con la oscuridad es perfecta.

Dione Madou cae simpático, encaja bien las bromas, la gente se
prodiga en ellas.
Ha hecho un curso de hostelería, en el Centro Luz y Sal participa
en las tareas domésticas, está en los turnos de preparación de café, limpieza, etcétera.
Tiene veinte años.
¿Se desperdiciará su talento futbolístico?

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